Don ERE que erre/Antonio Lopez Sierra

 

En el recuerdo de aquellos niños nacidos antes de los 80 quedan aquellos terrores marcados por el: “que viene el tío del saco”. Yo prefería aquello del: “que viene el coco” y no se el motivo, creo. Ahora los sueños de los españolitos se mojan de “pipi social” ante una nueva amenaza: ¡QUE VIENE EL ERE!

Un escalofrío recorre al que sufre la insinuación de tener a este monstruo entrando por sus puertas.

Yo estoy tranquilo. No le tengo miedo al “coco” ni al “tío del saco” y mucho menos al señor ERE. Soy un valiente guerrillero sindical. No temo a nada ni a nadie ya que el señor ERE es amigo de mis amigos por lo que también es mi amigo, como decía aquella insípida canción.

Ya esta aquí. Ya llego el señor ERE con su erre que erre. Mi culito de algodón reposa sobre un trono de terciopelo rojo al cual saco brillo durante mis días sindicales.

¡Que viene, que viene!

Sí, esta llamando a la puerta de los que dejáis que escribas de poca monta marquen con una x vuestros destinos. La lotería del ERE. Adultos con pelambrera  en la lengua cantan los números agraciados con un bonito despido. Otros prefieren un bingo por aquello de cantar una línea, la cual se premia con una visita del cuñado del señor ERE, el señor ERTE.

Tranquilos y no temáis. La lotería es arcaica y el bingo es vulgar. Mi amigo ERE os dará el pase a la eternidad con una la ruleta rusa. Tenemos balas para todos.

Si nos quedamos sin balas no os preocupéis, el señor ERTE nos dará algunas.

El  tambor del revolver estará lleno, así evitamos desigualdad entre vosotros.

La igualdad entre vosotros es lo primero queridos camaradas

Ding-dong, el ERE llama a tu puerta. Que suerte tienes de recibir su saludo.

Que suerte vais a tener. Tendréis tiempo para disfrutar de vuestros hijos y podréis contemplar cada amanecer desde vuestras ventanas mientras pensáis en tiraros al vacío desde ellas.

Yo continuare sufriendo de hemorroides sindical, aquellas producidas por alunizar mis posaderas en la tasca de Don Mariano, El Anarquista Feliz, mientras tomo cerveza con el señor ERE.

Lo voy a pasar mal sin disfrutar con vosotros de este premio. Premio que habéis ganado a pulso. ¡Fuerza y honor camaradas! ¡Fuerza y honor, hasta la muerte camaradas! ¡Hasta la muerte! A la vuestra me refiero por supuesto queridos camaradas, a la vuestra me refiero.